Precio
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54 - 217 EUR
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Aunque el tiempo en Edimburgo es imprevisible y en un mismo día puedes ver todos los pronósticos posibles sobre el cielo de la ciudad, cualquier época del año es buena para visitar la capital escocesa. Cada estación te permitirá disfrutar de actividades diferentes: en invierno vivirás su animado espíritu navideño y el Hogmanay (concierto de Año Nuevo); en otoño celebrarás St. Andrew; en verano bailarás al son del Festival de Edimburgo.
Sin embargo, los precios varían con la estacionalidad. Entonces, ¿cuándo es mejor volar a Edimburgo? De octubre a septiembre encontrarás vuelos baratos a Edimburgo porque son pocos los viajeros que prefieren hacer frente a las bajas temperaturas para descubrir esta bella ciudad. En los meses centrales del verano los vuelos a Edimburgo se encarecen un poco; es temporada alta.
La oferta de aerolíneas que realizan vuelos a Edimburgo es muy amplia: low cost, como Easyjet, Ryanair o Vueling Airlines, y tradicionales, como Iberia. Algunas realizan trayectos directos desde el aeropuerto de Barajas o El Prat, cuya duración está en torno a las tres horas; otras operan vuelos a Edimburgo con escala o que incluyen cambio de aeropuerto. En estos casos el tiempo de vuelo se incrementa, pero el precio del billete es mucho menor.
El aeropuerto de Edimburgo se encuentra a unos 12 km de la ciudad y en sus instalaciones encontrarás varias opciones de transporte para llegar al centro urbano. El autobús Airlink 100 es el más económico. Realiza trayectos que unen el aeródromo con Waverly Bridge, el centro urbano. El precio del billete es 4,5 libras ida y puedes comprarlo a través de la web o en el mostrador que hay junto a la parada.
El tranvía conecta el aeropuerto escocés con el centro y Princess Street. Sale cada diez minutos y tarda unos 35 minutos. El precio del ticket son 5,50 libras, siempre que lo compres en la máquina expendedora; si lo haces a bordo, ¡ojo!, te costará 10 libras.
Si prefieres utilizar transporte privado, puedes utilizar un taxi, cuya parada se encuentra en la terminal de llegadas. Los taxis negros (black cabs) llegan hasta el centro y el precio de la carrera varía en función del tráfico y de la hora, aunque no descienden de los 25 libras.
Si te atreves a conducir por la izquierda, alquila un coche. En las instalaciones del aeropuerto hay varias oficinas de alquiler de vehículos.
Edimburgo es una ciudad relativamente pequeña y con un aire medieval encantador que hace que recorrerla sea toda una experiencia viajera. Si no quieres perder tiempo en desplazamientos, recurre al transporte público. Los autobuses urbanos son la forma más económica y funcional. Lothian Buses y First Buses son las compañías que los gestionan; funcionan las 24 horas del día y conectan el centro con las zonas más apartadas. El billete sencillo cuesta 1,60 libras y, muy importante, lleva el importe exacto porque los conductores no disponen de cambio.
Si vas a coger más de dos veces al día el autobús, te interesa hacerte con un Day ticket. Cuesta 4 libras y podrás realizar viajes ilimitados durante todo el día. Si lo vas a utilizar con mucha frecuencia, te conviene hacerte con una<ahref=”https://lothianbuses.co.uk/tickets/ridacard” target=”_blank”>Ridacard. Es un abono transporte que incluye viajes ilimitados, diurnos y nocturnos, en tranvía, buses públicos y Airlink.
El tranvía es otra opción de desplazamiento. Tiene 15 estaciones, aunque desde el punto de vista turístico sigue siendo mejor el autobús. El costo del billete sencillo varía en función de la zona, pero, para que te hagas una idea, por el centro vale 1,60 libras
Si eres ciudadano español o residente en algún país de la Unión Europea no necesitarás visado para volar a Edimburgo. La única documentación necesaria es el DNI o el pasaporte. Lo conveniente es que lleves los dos documentos, por si uno de ellos se extravía o te lo roban. Así, evitarás trámites innecesarios y molestos durante tu estancia.
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En realidad, es toda una ciudadela fortificada que se erige sobre un montículo de origen volcánico, presidiendo el paisaje y perfilando el skyline de Edimburgo. Ha sido fortaleza militar, residencia real y escenario cinematográfico de la película de Harry Potter. Es imprescindible visitarlo si se quiere comprender la historia de la ciudad y de Escocia. Lo recomendable es hacerlo a primera hora de la mañana o de la tarde, para evitar masificaciones.
La Royal Mile es la calle que vertebra la zona antigua. A cada paso, te encontrarás joyas arquitectónicas, como la catedral de St. Giles, tiendas típicas, en las que puedes comprar un tartán escocés o un kilt, o museos, como el de la Ciudad. Si quieres conocer su verdadera esencia, explora los callejones adyacentes, repletos de patios medievales, inesperados recovecos y sorpresas, como la fuente de las Brujas.
La cerveza es una de las bebidas más populares del país. Aquí, tienen la suya propia: ale. Se produce artesanalmente en pequeñas destilerías y tiene un sabor entre dulce y afrutado. Marida más que bien con el haggis, una miscelánea de hígado de oveja, cebollas y avena. Es una mezcla muy poco prometedora, pero está deliciosa.